lunes, 18 de abril de 2022

Libro a la venta

 Ya está disponible el libro de "Un Barril en la Mochila" en la que se narran mis vivencias y aventuras en Escocia y otros lugares.

Se encuentra a la venta en Amazon por un precio de 13'99 € en el siguiente enlace:

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lunes, 6 de abril de 2020

Glenfinnan

En mi viaje en octubre del año 2017 por Escocia, me alojé durante dos noches en casa de mi buen amigo Mariano, al cual conocí años atrás mientras ambos vivíamos en Edimburgo. En esta ocasión, el vivía en la localidad de Fort William, en las Highlands. Así que fui a visitarlo.

Llegué hasta este pueblo, el más grande con diferencia de la zona, incluso tenía un edificio de la Universidad de las Highlands e Islas. Es un pueblo principalmente turístico, ya que se ubica en la base del Glen Nevis, el cual es el punto más elevado de la geográfia británica, alcanzando los 1.345 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo cual hace que esté frecuentado por senderistas y montañeros venidos desde distintos lugares de Reino Unido, incluso de lugares más lejanos. Además, es el final del West Highland Way, que es una ruta senderista que une la ciudad de Glasgow con Fort William tras una distancia de 154 kilómetros. Además, está ubicada en el Great Glen, la falla que cruza Escocia de suroeste a noreste albergando cuatro lagos, siendo uno de ellos, el más famoso, el Loch Ness, aunque se encuentre más al noreste de la localidad en la que me encontraba en ese momento, ya que el lago junto al que se ubica esta población, es el Loch Linnhe.


Apenas llegué, fuimos al supermercado a comprar para comer y beber durante mi estancia ahí, y la verdad que tras cenar, no salimos de casa y optamos por ponernos al día, ver un partido por internet del Real Zaragoza, el cual empató y poner música popular aragonesa mientras degustábamos bastantes latas de cerveza McEwans, las cuales iban cayendo con facilidad.

La mañana siguiente, mi amigo tuvo que ir a la universidad donde estudiaba, mientras yo aprovecharía el día visitando un lugar muy conocido de Escocia. 

Tomé en la estación de Fort William un autobús con destino Glenfinnan. Tras haber recorrido la mitad de la distancia, me dicen que debo de bajar, y esperar a que venga otro autobús, ya que en ese punto la carretera se bifurca, yendo el bus en el que iba montado hacia otro lugar. Una vez montado en el autobús que llevaba a Glenfinnan con dirección Mallaig, alcanzo mi objetivo del día.

Habiendo descendido del vehículo, observo asombrado el viaducto de Glenfinnan, famoso en el mundo al aparecer en una película de la saga de Harry Potter, la cual nunca he visto, pero sé de sobras que allí aparece y por ello es un reclamo turístico. A mi, me daba igual la película, me centré en disfrutar de la infraestructura, un viaducto que traza una curva sostenido por bastantes ojos que le dan un aire clásico. Camino por la zona para poder contemplar todo el paisaje, majestuoso, todavía más aún si cabe con el viaducto cruzando el valle, en el cual se ubica el Loch Shiel.



Me alejo del viaducto para explorar la zona, camino junto un río que acababa cruzando el puente ferroviario. Ya de regreso, decido subirme a una roca de unos dos metros de altura ubicada junto al camino asfaltado por el que volvía al punto de origen. Desde allí realicé unas cuantas fotos. Al intentar bajar de la roca, completamente húmeda y lisa, resbalo, y me golpeo en el codo izquierdo con la roca. Pensé que me había destrozado el codo, pero apenas me salió un moratón con el transcurso de las horas. Me alegré de ser tan duro. Pensando que no iba a poder ver el tren que por allí pasa, el Jacobite Steam Train, apareció en el último momento, ya que iba con retraso. Pude observarlo tirado por su locomotora, la cual expulsaba una nube de vapor hacia el exterior.


Tras ello, espero y subo en el autobús que me lleva hasta la localidad de Mallaig. Dentro del autobús saludo al conductor y a la poca gente que allí iba. Viví una situación bastante extraña, y era que se me quedó mirando una mujer de unos 45-50 años fijamente, sin saber por qué. Se levantó y se sentó en uno de los asientos más cercanos que yo tenía. Ella no decía nada, yo opté por ignorarla y mirar por la ventana. A saber quién era ella y que se le pasaba por la cabeza. Si era una persona desequilibrada o iba bajo los efectos de alguna sustancia. Lo mejor en los lugares desconocidos es ir a tu bola en estas situaciones. Finalmente se volvió a su asiento anterior.

Ya en Mallaig, enseguida se observa que estaba en un pequeño pueblo pesquero con su coqueto puerto con pequeñas y medianas embarcaciones. Desde aquí, hay un ferry que une esta localidad con la Isla de Skye.


Tras recorrerme enseguida este pueblo, entro a tomar una pinta a un pub llamado Steam Inn, donde disfruto de mi cerveza mientras otros parroquianos sentados en los sofás charlan y toman sus bebidas.


En breves momento tenía que coger el tren para volver a Fort William. Volvería en un tren regular, no en el Jacobita. Pero decido dar un pequeño paseo por la costa. En el pub no había ido al baño, así que comenzaba a tener bastantes ganas de evacuar la cerveza que había disfrutado unos minutos antes. Pero junto a la biblioteca, se ubican los baños públicos, a los que se podía acceder gratuitamente. ¡Menuda alegría! 

Ya como nuevo, decido relajarme y esperar a que llegue el tren, el cual termina en Mallaig, para volver de regreso a Fort William, donde me esperaría Mariano en la estación de tren.

miércoles, 2 de mayo de 2018

La cara oculta del Loch Ness

Cualquiera conoce el Lago Ness gracias al mito del monstruo de ese lago, lo cual hace que sea una visita que no puede faltar, bien sea cuando contratan un tour por Escocia, o bien cuando uno decide alquilar un coche o viajar en medio público de transporte. La forma más usual de visitarlo, por la que van todos los turistas, es la que recorre el lago por la cara norte, con paradas en pueblos con museos, hoteles y restaurantes como Drumnadrochit o Fort Augustus, pero hacer turismo no es lo mio, lo mejor para conocer la realidad de una zona es viajar e ir por libre.

Este itinerario sobre el que voy a escribir en estas líneas, comienza llegando desde Inverness hasta el Lochside Hostel, en Altsigh, el cual se reabrió hace unos pocos años y está entre Drumnadrochit y Fort Augustus, pudiendo llegar a él en autobús, ya que tiene parada propia.

Este albergue situado a orillas del propio Loch Ness, es el lugar perfecto para conocer la zona, ya que no es frecuentado por los molestos tours que siempre que llegan a un albergue, lo colonizan y van a su bola, sin prácticamente interactuar con la gente de la zona.

 Vistas del Lago Ness desde el albergue

Mi primera sorpresa al llegar ahí, ya que lo reservé para dos noches, es que no escuchaba hablar inglés, y no tardé en darme cuenta en que había dos argentinas y una española trabajando allí, las cuales daba pena despedir el día que abandoné el albergue, además de gente de Australia, Inglaterra, Francia... con que era el lugar perfecto para mejorar el inglés.

Nada más llegar, llovía un poco como es habitual, pero tenía ganas de conocer un poco de la zona y, frente al albergue, cruzando con cuidado la carretera, había un camino el cual te lleva por el medio del bosque, precioso para pasear y desconectar.

 Camino al otro lado del albergue

Ya de vuelta en el albergue, hablando con la gente que allí trabaja y algún huésped, veo a un grupo de españoles, dos chicos y dos chicas en la cocina dejando sus cosas en la nevera, y comenzamos a hablar, gente muy maja de Elche que estaba recorriendo la zona con el coche, y me preguntaron lugares de la zona y resto de Escocia para visitar, con que con unas cervezas, y algún cubata de por medio, hacemos amistad y me invitan para ir con ellos a visitar alguna zona que les recomiende. Y les recomendé la orilla más desconocida del Loch Ness, ya que nunca había estado y había leído sobre ella y me la habían recomendado desde el propio albergue.

La mañana siguiente, comenzamos la ruta llegando hasta Fort Augustus, donde nos desviamos para coger la carretera que rodea el Loch Ness por la cara sur. Se trata de una carretera bien cuidada pero con zonas estrechas, curvas, subidas, curvas, bajadas, y más curvas... 


Vamos ascendiendo hasta que sin saberlo acabamos en un espectacular mirador, donde es obligada la parada, aunque hiciera un viento digno del propio Cierzo mientras caen gotas heladas sobre la cara.





Continuando el camino, seguimos disfrutando de los paisajes y la Escocia más natural, hasta que vemos una granja reconvertida en cafetería-pastelería, mientras disfrutamos de las Highland's Cow, las típicas vacas de la zona, que son bien cotillas y se acercan para ver lo que hacíamos.




Más adelante, vemos el típico cartel de carretera que avisa de que hay un monumento en la zona, con que paramos y hacemos caso a las indicaciones, por las cuales bajamos del coche, tomamos un sendero al otro lado de la carretera, y vamos descendiendo mientras cada vez escuchamos un sonido más ensordecedor, sentimos más fresco, y sobre todo mucha más humedad, hasta que tenemos delante la espectacular (Falls of Foyers). Una impresionante cascada que desciende bruscamente para desembocar en aguas del Lago Ness. Tras disfrutar de las vistas y descansar un poco en unos bancos que hay junto al sendero, continuamos la ruta.



La siguiente parada era algo que tenía pensado visitar desde hace tiempo, uno de los lugares más misteriosos de Escocia, y no puede ser otra cosa que Boleskine House, en Foyers. Aparcamos el coche donde buenamente podemos, y continuamos la carretera hasta que llegamos a un cementerio a orillas del lago, mientras que al otro lado de la carretera, oculta por la maleza se encuentra dicha casa, a la cual accedimos saltando una valla y evitando la maleza.


Esta casa, para cualquiera que pase por ahí y la vea, solo pensará que es una casa en ruinas devastada por un incendio hace unos años, pero para otra gente, esta casa se construyó sobre el terreno que había ocupado una iglesia que fue incendiada con todos los parroquianos dentro, y fue la casa que utilizó Aleister Crowley, o mejor conocido como Mr.Crowley, el conocido ocultista, que compró la vivienda para sus rituales satánicos. Años más tarde, la compró Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelin, atraído por la figura de Crowley y todos los sucesos paranormales que allí sucedían.

Finalmente, tras pasar por otros dueños, fue abandonada y utilizada por particulares para rituales satánicos, vandalismo, y quizás cosas más "morbosas", hasta que en 2015 fue incendiada, probablemente en alguno de estos rituales.





Personalmente, no me atreví a entrar, pero más que nada por que se encuentra en ruinas, una auténtica pena no haber visto si es verdad que se siente energía del inframundo, o simplemente no se sentía nada.

Finalmente, sin ninguna incidencia paranormal, vamos a Inverness a comer de supermercado (una barra de pan, queso y pavo en lonchas), para completar la vuelta al lago y comernos el bocadillo frente al Urquhart Castle (Drumnadrochit), y ya llegar al albergue y despedirnos, es lo malo de conocer gente en estos lares, que te despides y aunque sigas en contacto no sabes si vuelves a verla.


miércoles, 7 de febrero de 2018

La Edimburgo que se pierden los turistas

En cualquier página web, programa televisivo, o en ferias de viajes, se vende y ofrece una imagen típica sobre Escocia, con las Highlands, las Highlands Coos, y la Edimburgo típica con su Castillo, Royal Mile, Calton Hill, Old y New Town destinada especialmente para turistas. Sin duda son lugares que hay que visitar y disfrutar, pero si se quiere conocer la capital escocesa real, y sobre todo, si se dispone de unos días más, es obligado recorrer otras zonas de la ciudad y alrededores, además del Castillo de Linlithgow o la Rosslyn Chapel (de la cual ya escribí en su día).

Desde St. Andrews Square, una de las plazas más importantes de la New Town, podemos coger el autobús 43, con destino South Queensferry, donde tras un recorrido de una media hora, llegamos a esta pequeña localidad pesquera a las afueras de la capital y, tras un pequeño paseo por sus cuidadas calles, podemos disfrutar del majestuoso Forth Rail Bridge. Puente ferroviario construido en 1882 que conecta Edimburgo con el norte de Escocia, y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En su construcción hubo gran cantidad de heridos y un elevado número de fallecidos. En algunos billetes de libras escocesas, aparece este puente como imagen.






(South Queensferry y Forth Rail Bridge)


De vuelta en Edimburgo, es imprescindible un paseo por lugares como el Dean Village, el cual ya describí en su día, pero no está de más recordarlo. En las proximidades del anteriormente mencionado lugar, se ubica el West End y Haymarket. Zona característica de esa parte de la ciudad con su encantadora arquitectura, y zona en la que encontramos hoteles como el Hilton, o consulados internacionales.

Sin ninguna duda, y a nivel personal, el lugar más imponente de esta zona es la Catedral de St Mary, la cual es ignorada por la mayoría de los tours turísticos pero es una gran obra de arte. La entrada es gratuita, pero lo mejor son los atardeceres con la luz que recibe la fachada principal.


(Atardecer de la Catedral de St Mary por delante y por detrás)


Esta localidad, ofrece numerosas rutas para caminar o incluso para hacer senderismo en las afueras. Una de las rutas más conocidas, es el Water of Leith Walk, el cual va desde Balerno, hasta el barrio portuario de Leith discurriendo junto las aguas del Water of Leith. Si, Edimburgo también tiene río.


(Dean Village)


Se puede empezar desde cualquier punto de sus 19 kilómetros de longitud. Puntos como el mencionado Dean Village, o como en este caso, desde el puente Stockbridge. La zona que rodea este puente, la cual está en las proximidades de la New Town, tiene rincones y calles totalmente desconocidos para los foráneos y que son totalmente merecedores de una visita, como es el caso de Circus Lane, una calle que te hace olvidar el que estés en una capital, en pleno centro, tanto por su belleza como por su tranquilidad y cuidado.


(Circus Lane) 


Desde el ya citado puente de Stockbridge, comenzamos la caminata por la ribera del río, aguas abajo, pasando por zonas que parecen boscosas y que estés totalmente metido en plena naturaleza. Sólo te encuentras con gente caminando o haciendo deporte, el ruido del agua, y los patos que fluyen tranquilamente junto las aguas.


 (Water of Leith Walk)


Si se cree que lo mejor es el camino en sí, el final de la ruta no se queda atrás. De repente se abandona el paisaje de árboles y de ribera, para adentrarse en el centro del barrio de Leith, el cual ha querido independizarse de Edimburgo. Disfrutando por la desembocadura del río en el Firth of Forth del ambiente pesquero de este lugar termina esta ruta donde se puede culminar con una degustación de productos de la zona como pescado o marisco, eso sí, hay precios para todos los gustos, aunque vale la pena hacer algún esfuerzo por la causa.


(Leith)


De vuelta al centro de Edimburgo, como no, no podemos perdernos por los "Close", los cuales son estrechas callejuelas que recorren la Old Town en perpendicular a la Royal Mile. En pleno bullicio de turistas y negocios, aparece este oasis de tranquilidad y paz, además sirve para hacer deporte el recorrerlos, ya que hay pronunciadas bajadas y subidas hasta la parte baja de la Old Town.




(Diferentes "Close")


No está de más recordar otros lugares que ya mencioné en una entrada anterior, como cualquiera de los cementerios que hay por el centro de la localidad, o ir a Cramond Island cogiendo el autobús 41.


(Interior de The Cramond Inn, Cramond)

Por supuesto, no está de más entrar en cualquier pub de la ciudad, no sólo en los del centro donde van todos los turistas... o disfrutar de un buen Scottish Breakfast, como en la zona de Dalry.




(Scottish Breakfast en CJ's Café e interior de Dickens Lounge Pub, Dalry Road)