viernes, 14 de octubre de 2016

Pirineo Aragonés (I)

Por primera vez pongo entradas acerca de mi tierra en este blog, y no va a ser la última. Como no podía ser de otra manera, lo hago sobre el Pirineo, tierra que dio lugar a esta maravillosa zona del mundo llamada Aragón.

Lo primero de todo, es coger fuerzas en modo de almuerzo, no pueden faltar unos huevos fritos con chorizo en el Restaurante Río Ara en Fiscal, tras lo cual ya estaba el cuerpo preparado para andar lo que fuese necesario.

La primera parada, en un pueblo tristemente conocido como es Jánovas, desalojado decadas atrás por la construcción del embalse del mismo nombre que nunca se ha construído, con lo cual el Río Ara sigue siendo un río virgen. Pasear por sus calles abandonadas es algo peculiar, aunque están limpias de maleza, y se ven obras de reconstrucción en alguna de sus casas, una de las cuales es la casa del pueblo, lugar donde se reúnen los habitantes de la localidad.






Retomando el viaje, es obligado parar en Aínsa, aunque no lo tenía en mente, pero es un imán que te obliga a recorrer su casco medieval. En la entrada del pueblo te indica que es uno de los pueblos más bonitos de España, aunque no hace falta leer el cartel para saberlo.




Tras esta parada en una de las capitales del Sobrarbe, nos adentramos en la Bal de Chistau, aparcando el coche en la localidad de Plan, con la maravillosa idea de subir andando hasta Chistén, que apenas están separados por unos kilómetros por una senda que no deja de ascender en ningún momento sin ningún descanso, y se hace más duro de lo esperado, pero me esperaba una cerveza fresca en la terraza de Casa Alvira, lugar donde los lugareños al saludarte y hablar, te sueltan palabras en aragonés.





Una vez retomadas las fuerzas, bajamos andando hasta San Juan de Plan, con una bajada que se hace muy rápida, con mucha pendiente, para al final tomar la carretera y volver hasta el parking de Plan.





Ya vamos llegando al destino de la jornada, y este no era otro que el impresionante Valle de Pineta, o la Valle Verde, donde me espera el Camping Pineta donde voy a acampar esta vez, la primera vez en solitario, y es un lugar especial, ya que cuando de crío acampaba era en el mismo valle, aunque en el camping bajo el Parador. Lo cual traía grandes recuerdos de la infancia.

No podía faltar un paseo por la localidad de Bielsa, una de mis preferidas de toda Aragón, con sus casas y calles empedradas y el olor a chimenea. Tomarse una cerveza o dos en el Bar Casacas o un buen plato de Churrasco en el Restaurante Pañart es algo que no puede faltar en esta localidad, la cual es famosa por la resistencia a las tropas nacionales en la Guerra Civil.




Volviendo al Camping, veo que está abierto el Kanguro Truchero, era obligado entrar y relajarse ahí, casualmente terminé el barril nada más llegar.


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