jueves, 8 de mayo de 2014

Irlanda (Galway - Cliffs of Moher)

En la coste oeste irlandesa, se encuentra una localidad que quizás no hayas escuchado ni leido sobre ella, pero es imprescindible visitar al menos una vez en la vida, habiéndola visitado ya, seguro que intentarás volver, esta ciudad asentada en la desembocadura del Río Corrib en la costa Atlántica se llama Galway.

Desde la estación hasta el hostel hay apenas dos minutos, con lo cual no se tarda nada en asentarte y comenzar a disfrutar. Lo primero fué ir a la búsqueda de un Lidl, que es lo más barato en estas tierras, por lo menos para comprar pan, queso, mortadela, fruta, pasta y galletas, parte de la dieta básica de un mochilero. Al ir sin mapa a la búsqueda del supermercado, tras un rodeo por media ciudad, lo encontramos, por lo menos ya paseamos por la zona fea de Galway, así que matamos dos pájaros de un tiro.

De vuelta al centro y con la comida ya en la nevera esperando ser asaltada, nos recomiendan ir a la parte del río, especialmente al otro lado, con lo cual somos obedientes y pasamos por alto el casco histórico para ir directos al río. Lo primero que llama la atención, es la cantidad de canales artificiales que salen y van paralelos entre sí. Al cruzar, nos encontramos con una catedral que imponente destaca sobre una zona de parques y recreos.



Recorriendo la ribera del río, en una magnífica tarde, destaca ver la multitud de gente disfrutando sentados o tumbados en la hierba, hablando con los amigos y aprovechando el sol, y la verdad que no es para menos, ya que las vistas a ambos lados de la ribera son hermosas.



Siguiendo de largo, nos encontramos con una isla a la que se puede llegar andando, pero no entrar ya que es privada para uso del ayuntamiento, y desde la que se puede disfrutar del atardecer, aunque aquí el aire soplaba con ganas.


Retornados al casco histórico, callejear por sus estrachas calles te hacen sentir como en calles de los cascos españoles, incluso algunas dejan apreciar sus aromas a comida que tanto recuerda a nuestro país, de hecho ahí hay un arco llamado: Spanish Arch. 



Por la noche, la ciudad se transforma, la alegre juventud que ahí habita, junto con la gran cantidad de universitarios, más los turistas, la hacen digna de ser disfrutada por cualquier, un muy buen rollo vayas donde vayas, y sobretodo, buena cerveza y mejor música.

Desde Galway, es obligatorio tomar un autobús y visitar los espectaculares Cliffs of Moher, hermosos e impresionantes acantilados por los que parece que eres una pulga entre gigantes, desgraciadamente sólo tenía dos horas para poder estar ahí, así que no pude disfrutar de un largo y precioso paseo por su borde durante kilómetros.



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