martes, 1 de abril de 2014

Escocia (Edimburgo para típicos turistas)

A mí que me encanta viajar y disfrutar todo lo posible de un lugar, no hay nada que menos me guste que el ir sólo a los lugares típicos del sitio al que vas. La típica catedral, el típico río, el típico castillo, las típicas estatuas y un largo etcétera. Pueden ser en la mayoría de las ocasiones algo digno de ver y disfrutar, en otras ocasiones, no lo es tanto, y en la mayoría de las veces, uno deja de lado o bien por desconocimiento, o bien por falta de tiempo, o bien porque le da igual lo que ver, y sólo quiere ir a un lugar y decir que ha estado ahí, una gran cantidad de lugares escondidos que probablemente sea lo que más vale la pena del viaje. En esta entrada os voy a contar Edimburgo tal como lo visitan esas masas de turistas que tanto sufrimos en estos lugares, resumiedamente, pero tranquilos, en otra entrada os descubrire secretos de esta preciosa ciudad en el Midlothian escocés.

OLD TOWN
Empezamos desde lo que más destaca en la capital escocesa: El Castillo. Se alza prominente en un peñasco sobre el que se divisa toda la ciudad. No es el tipico castillo que podemos encontrarnos por toda la geografía de la zona, sino que es como un pueblecito dentro de una zona amurallada, a la que para entrar hay que pagar, cosa que nunca he pensado hacer, eso queda en manos del visitante.


Desde el castillo, comienza la Royal Mile, la cual baja hasta la residencia de la Reina, de ahí el nombre de milla real. Es la calle más frecuentada por turistas, y está plagada de tiendas de souvenires y restaurante, el mejor momento para pasear y disfrutarla es de madrugada, pero si es entre semana pudiendo estar libre de escoceses con unos cuantos barriles de cerveza de más, mejor. podemos ver la Catedral de St. Giles, junto a lo que fué el parlamento hasta no hace muchos años.



Al final de la Royal Mile tenemos el horrible parlamento nuevo y enfrente Holyrood Palace, donde la Reina se aloja en su visitas a Edimburgo, desde la cual podemos divisar imponente el Arthur Seat, una montaña de unos 250m. en la que con el buen tiempo es una buena opción subir a la cima, aunque cansa, pero es fácil.


Volviendo hacia el castillo, tenemos el cementerio de Grayfriars, al que los turistas los llevan para contar la historia de un perro que iba a visitar cada día la tumba de un dueño, lo cual es de admirar de un animal y dice mucho a su favor, pero por favor, casos así se dan en más lugares, y lo más importante, estamos en Edimburgo, patrimonio de la humanidad, este cementerio tiene historias mucho más escalofriantes y acordes al tipo de visita. Pegado al cementerio tenemos The Elephant House, que es la cafetería donde se escribió Harry Potter


Callejeando un poquito llegamos a Grassmarket, el lugar donde colgaban a los bandidos y gente de mal vivir, está llena de establecimientos de todo tipo y resalta por un lado la fabulosa vista del castillo, para mi una de las mejores, y por el otro Victoria Street, una de las más famosas, en forma de zeta y con los bajos de las casas de colores.

 
NEW TOWN
En la parte nueva de la ciudad, con sus característicos edificios clásicos, destaca entre todas las calles la conocida Princes Street, que comienza a la altura del castillo, con su espectacular anchura, en la que por un lado tenemos la zona de compras más importantes de la ciudad, con su tranvía, y en el otro lado tenemos los Princes Street Gardens, que es un precioso parque que en su día fué el vertedero y ciénaga, concretamente unos siglos atrás.


Continuando por esta avenida, nos encontramos con el monumento a Sir Walter Scott, y no muy lejos el Balmoral Hotel, sencillamente espectacular, dejando a la derecha el North Bridge para llegar a la subida a Calton Hill, el cual es uno de los mejores miradores de la ciudad, en el que se puede ver toda Princes Street, con el West End al fondo, y la Old Town con el castillo. Si miramos hacia el lado contrario, vemos la parte de Leith, y el estuario de Forth que desemboca en el Mar del Norte, y el imponente Arthur Seat.






Bajando de nuevo, podemos pasear por la clásica George Street, en la cual es más que recomendable entrar en algunos establecimientos que se han reutilizado como negocios actuales pero sin perder la esencia y majestuosidad de épocas pasadas.



Digamos que este ha sido en resumen de lo que los turistas sin conocimiento y haciendo poca investigación sobre la ciudad pueden ver, que no es poco, pero os demostraré que se pierden muchísimo.

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